jueves, 15 de enero de 2009

La conquista por Alfredo Varela

¿Quiénes son? La selva no los conoce, no los ha amamantado, no los quiere. No son sus hijos. Tienen rostro extraño, vestidos raros, costumbres diferentes. Cada una de sus voces suena duramente en la selva hollada, entre los helechos luminosos y serpeantes, bajo las enormes ramas extendidas por doquiera en fraternal alianza montaraz. Nadie los conoce. Preguntad noticias de ellos al vivaz coatí-serelepe, al ágil carayá, a los tímidos y elegantes venados, al torpe tapir. Nada saben, sino que los han visto pasar, una mañana, una tarde, una noche. Vieron su encendido fuego vigilante, su rápido buque imponente deslizándose veloz por las aguas, oyeron el gruñido de sus armas. Una sola cosa han comprendido: no es gente amiga. Traen intenciones prepotentes, paso conquistador. No intentan siquiera ganar la confianza de la selva y de sus habitantes, desconfían de ella, temen. Es porque sus intenciones no son generosas. No vienen a quedarse: están de paso. No detienen nunca el pie: son una raza nómade, inquieta. La belleza de la selva se les escapa. Vienen avariciosos, anhelantes, ávidos. Acuden en busca de fortuna. Son aventureros. Plantas desarraigadas, hostiles a todos los suelos y a todas las patrias. Son los descendientes de los galeotes de Colón, de los castellanos ambiciosos y haraganes que asaltaron México y Perú: son los cazadores de los nativos del África, los implacables negreros; son los mismos buscadores frenéticos de oro del Yukón o la Baja California; los que torturaron a Atahualpa para arrebatarle sus tesoros; los dueños de los cauchales del Amazonas, de las plantaciones de la Malasia. Son los siempre errantes, los siempre ambiciosos, los despiadados. Nunca siembran, ni plantan, ni fecundan. Desarraigan, destrozan, hieren, matan. Su misión es arrancar y violar. Por donde pasan los pequeños Atilas hambrientos, no vuelve a crecer el pasto, ni las aguas, ni los peces. Tienen la mirada dura, ansiosa. No conocen la piedad. Su vista sólo se posa buscando algo para despojar, para apoderarse, para llevarse consigo. Su única meta es el botín. Su única ley, la codicia. Caminan sobre muertos, dejan detrás desiertos, árboles tronchados, tierras removidas, paisajes mustios y secos. Los empuja la vida, el ansia de vivir, pero sólo llevan por doquiera la muerte. Son como las suntuosas enredaderas parásitas, que sólo largan la presa cuando la han exprimido por completo. Al verlos aparecer, la selva tiembla. Son sus enemigos. Sabe que desde ese momento se entabla una lucha honda y decisiva, a muerte. O ella, o los invasores. Emplea sus mejores armas, las más terribles, las aún no conocidas. Utiliza el veneno y el abrazo de sus serpientes, sus mosquitos portadores de fiebres, sus laberintos, la hosca impenetrabilidad de sus montes, de sus tacuarales interminables; les opone legiones de bichos, el enloquecedor mbarigüí, la asquerosa ura, el peligroso pique. Los alucina en las noches inseguras, los hostiliza, asusta y pierde. Lanza contra ellos, implacable, tribus salvajes e indomadas, piaras de tatetos hambrientos, arañas monstruosas. Hace descender sobre los agresores el miedo, la locura, el desaliento. Apenas ellos ceden una pulgada, están perdidos. La selva se arroja con su poder ancestral sobre las débiles carnes y la maltrecha voluntad de los aventureros. Puede asegurarse entonces que ya no llegarán a los yerbales vírgenes. Pronto da cuenta de ellos. Y entonces lanza un múltiple, alucinante grito de victoria, que comparten y repiten interminablemente sus animales y sus vegetales, todos los seres acogidos a su amorosa solicitud. La imponente madre ha triunfado una vez más, y todos comparten su júbilo. Por un tiempo —nadie sabe cuánto—, la vida seguirá como hasta entonces. Los invasores han sido derrotados.
(Páginas 63, 64 y 65)

El río oscuro, Alfredo Varela, Capital Intelectual, 2008

Eduardo Wilde y "El río oscuro" de Alfredo Varela


La colección Los recobrados, aparecida por la editorial Capital Intelectual en 2008, rescata obras de la literatura argentina consideradas inhallables dentro del mercado editorial, entre las que se encuentran principalmente autores del siglo XX descollantes en los géneros de novela y cuento.

La Biblioteca Sarmiento ya posee los títulos Setenta veces siete de Dalmiro Sáenz y El río oscuro de Alfredo Varela.

La primera lista de los libros que van ir viendo la luz, además de los dos citados, es la siguiente:

-Las tierras blancas de Juan José Manauta
-El fideo más largo del mundo de Bernardo Jobson
-Las fuerzas extrañas de Leopoldo Lugones
-La casa del ángel de Beatriz Guido
-La lluvia, Tini y otros textos de Eduardo Wilde
-Cuentos de Humberto Costantini
-Memorias de un vigilante de Fray Mocho
-Pago Chico de Roberto Payró
-Historia funambulesca del Profesor Landormy de Arturo Cancela
-Enero de Sara Gallardo

Leamos las palabras de Abelardo Castillo, en el prólogo que lleva toda la colección.

“Se podría armar un canon alternativo de la literatura argentina con libros que ya no están. Banchs, Lynch, Holmberg, Manauta, Alfredo Varela, Cancela, Pedroni, Eduardo Wilde, Lucio V. Lopez, Rafael Barrett, Payró, Fray Mocho, Juan L. Ortiz, Kordon, Beatriz Guido, Sara Gallardo, Wernicke, Costantini –y, hasta no hace tanto tiempo, Macedonio Fernández, José Bianco u Oliverio Girondo-, son algunos de los autores de esos libros. Lo fue, incluso, Roberto Arlt, hasta veinte o treinta años después de su muerte. Lo fue Leopoldo Marechal. Es cierto que algunos de ellos han sido examinados por la crítica especializada o académica, pero muy pocos han conocido ediciones que los acercaran al destinatario natural de cualquier libro, el lector común.”

En el mismo sentido es dable cuestionar -decimos nosotros- la arbitrariedad, o el recorte, de lo que mandan a leer las principales producciones y suplementos literarios. ¿Por qué Borges y no Marechal? ¿Por qué Gelman y no Juanele Ortiz? ¿Por qué Cortázar y no Lugones? ¿Por qué Sarmiento y no….? Así podríamos seguir.


Eduardo Wilde


Obras completas de Wilde en la Biblioteca.
Ayudados por la información que trabajó la editora María Encabo, elegimos en primer lugar la obra de Eduardo Wilde, en razón de que en nuestra Biblioteca se puede conseguir su Obra Completa repartida en 10 tomos.

En la solapa de La lluvia, Tini y otros textos -el rescate de Wilde en Los recobrados-, leemos:

"Eduardo Wilde nació en Tupiza el 15 de junio de 1844 y murió en Bruselas el 5 de septiembre en 1913. Su padre, Diego Wellesley Wilde, hijo de inglés, y su madre Visitación García, de familia tucumana, vivían en Salta cuando sus diferencias políticas con Juan Manuel de Rosas los obligaron a emprender el exilio a Bolivia.Wilde fue médico, diplomático, periodista, diputado, Ministro del Interior y de Justicia e Instrucción Pública y profesor de Higiene y Anatomía en la facultad de Medicina; esta actividad incesante fue acompañada por una escritura incesante, cuya suma miscelánea alcanza los diecinueve volúmenes. En la escritura de Wilde se perciben dos rasgos definitorios: el humor como una constante, y la mirada humanista del médico y que en Wilde va unida a esa mezcla de ironía, burla y piedad con que veía a sus personajes y a sus contemporáneos.
Escritor originalísimo llamado a tener fama universal, según Ricardo Rojas, si no lo hubieran distraído ocupaciones tan múltiples y heterogéneas, Wilde dejó sólo tres libros ordenados y uno inconcluso: Tiempo perdido (1878), Prometeo y Cía.(1899), Por mares y por tierras (1899) y Aguas abajo (póstumo, de 1914)".


Y en la contratapa del mismo libro, un acercamiento a la obra.

"Como escribió José María Monner Sans, acaso ninguno de aquellos hombres públicos argentinos del siglo XIX, excepción hecha de Sarmiento, tuvo una personalidad literaria más singular que Eduardo Wilde.
Las páginas tan a menudo deslumbrantes que produjo su inagotable curiosidad intelectual están reunidas como apuntes de viaje, relatos, discursos, cartas, artículos periodísticos, tratados científicos, retratos de contemporáneos y esbozos de recuerdos. En la amable irreverencia de su estilo reside su marca mayor: la naturalidad para contar. Eduardo Wilde dio con ese tono en la conversada soltura de sus escritos, de mordaz y frecuente apelación al lector, o en la manera con que su humor —en el que se cruzan la malicia y desparpajo criollos y la estirpe inglesa— describe la realidad.
Wilde, como Mansilla, se anticipa a la prosa contemporánea: salta por sobre el modernismo, hace pie en la vanguardia de los años veinte, que lo rescata y valora, y le habla directamente al lector de hoy. Textos como “La lluvia”, “Tini”, “Vida moderna” y el atípico “La primera noche de cementerio”, siguen siendo piezas antológicas de la literatura argentina"


Las ediciones de Los Recobrados.

Alfredo Varela

La otra elección es la novela El río oscuro de Alfredo Varela. Asomarnos a su lectura muestra un relato situado en el entorno geográfico y social del litoral, donde la línea del argumento se fractura en tres ejes bien definidos, algunos de notable intensidad poética.

La novela publicada en 1943, fue llevada al cine por Hugo del Carril en 1952 con el nombre de Las aguas bajan turbias, película considerada obra mayor dentro del cine argentino.

Alfredo Varela –dice la información biográfica de la solapa- “escribió crónicas de viaje, libros políticos y una biografía de Martín Güemes. Trabajó varios años como cronista para el diario Crítica y fue miembro del Consejo de Redacción del diario La Hora. Por su pública adhesión al Partido Comunista sufrió persecuciones y estuvo varias veces detenido. Para la filmación de El río oscuro, Hugo del Carril debió tramitar los derechos de la novela en la cárcel, y el nombre del autor no pudo figurar en los créditos de la película. Alfredo Varela vivió algunos años en Finlandia y fue miembro del Consejo Mundial de la Paz. Murió en Mar del Plata en 1984”.

El río oscuro relata la vida de los mensú –trabajadores esclavos, contratados por mes, de los que Horacio Quiroga habla en más de uno de sus cuentos- “tres ejes narrativos confluyen hacia el final –se explica en la contratapa-: La conquista, en la que va narrando los pasos del invasor blanco para dominar la selva; En la trampa, sobre el aniquilamiento del hombre por el hombre en los yerbales vírgenes; y la línea principal donde se ve al protagonista, Ramón, un hombre primitivo y embrutecido que irá creciendo a la vez que descubre el camino para recobrar su dignidad”.

martes, 13 de enero de 2009

Boletín Cultura, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires

Recibimos todas las semanas el Boletín de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que reúne una variada agenda de actividades gratuitas para el verano.

Barrios, Chicos, Convocatorias, Cursos, Danza, Fotografía, Juventud, Lecturas y Charlas, Muestras, Música, Proteatro, Teatro, Visitas guiadas.


La página actualizada a diario y con todo el detalle: www.buenosaires.gov.ar/agenda/

(Imagen del Concurso Fotográfico en el Museo de la Ciudad)

jueves, 8 de enero de 2009

Revista BePé


La Revista Bepé creada por CONABIP y que se distribuye gratuitamente en todas la bibliotecas populares, viene cada vez mejor. A nuestra biblioteca ingresaron los números 6º y 7º, la última reciente, del 2009.




Estos son los sumarios de las revistas discriminados por páginas:


SUMARIO: Revista BePé Nº6

4/11 Conversación con el prestigioso dramaturgo Roberto "Tito" Cossa, también presidente de Argentores.
12/19 El grupo teatral Fray Mocho fue clave en el movimiento de teatro independiente.Esta nota relata la increíble gira que realizaron en 1951.
20/25 Charla con Cristina Banegas, gran actriz y titular de una sala de teatro.
26/31 Durante el Centenario el teatro argentino ya había dado a luz sus grandes clásicos. En la nota, las figuras y obras de sus mayores exponentes: Florencio Sánchez y Gregorio de Laferrere.
32/38 Adhemar Bianchi lidera el grupo y teatro Catalinas, una experiencia comunitaria que ha desarrollado una experiencia maravillosa. Visitamos su sala-galpón y charlamos con él.
9/39 La CONABIP estuvo presente en la Feria del Libro de Teatro, llevada a cabo enel Teatro Nacional Cervantes.
40/45 Nuevamente las BP arribaron a la Feria del Libro de Buenos Aires para realizarsus compras y asisitir a los actos organizados por la CONABIP.
46/49 La Negra Mercedes Sosa recibó la distinción Amiga de las Bibliotecas Populares en un acto de la Feria. Habló, canto y recibió el abrazo de amigos y el aplauso del numeroso público.
50/51 También se presentó el libro de Memorias del enorme Atahualpa. Estuvieron presentes su hijo, el periodista Víctor Pintos y Liliana Herrero, que cantó.
52/53 La presentación de los DVD de Televisión por la Identidad convocó a sus responsables por Telefé y a los organismos de derechos humanos.
54/55 El arte de escribir, por Leopoldo Marechal.
56/61La colección Robin Hood acercó los clásicos universales a todos los hogares.
62/65 Se presentaron los Bibliomóviles con actos en Lanús y en el Palais de Glace.
66/67 Diego Valeri, cerebro del Lanús campeón, le dicen "el bibliotecario".
68/75 Historia de Sherlock Holmes y de su autor.
76/79 Decana de las BP, la sanjuanina "Franklin" desarrolla una actividad dinámica.
80/85 Entrevista a Mario Goloboff sobre el papel de los intelectuales y la política.
86/91 Las BP cordobesas y su programa Punto Biblio que instaló sus catálogos on line.
92/93 Correo de Lectores.
94/96 Novedades bibliográficas para las Bibliotecas Populares.


SUMARIO: Revista BePé Nº 7

4/13 La vida de H. G. Oesterheld, su obra, sus personajes y su destino.
14/17 Una Charla con Horacio Altuna, autor de "El Loco Chávez".
18/23 Bibliografía Argentina acerca de la historieta como género y como fenómeno.
24/27 Entrevista a Pablo de Santis, novelista, cuentista y guionista de historietas. Repasa tópicos y características de la historieta mundial.
28/31 Carlos Sampayo y José Muñoz, guionista y dibujante, tienen una prestigiosa carrera en Europa. Adelantamos cuatro páginas de su última creación: una historieta sobre Carlos Gardel.
32/34 La BP Alberdi, de Córdoba, festejó sus 90 años con númerosas actividades públicas.
35/35 Banco de Experiencias de CONABIP: difundimos iniciativas cinéfilas de cuatro BP.
36/41 Medios, artistas y aconteciemientos de la cultura que no dejaron que se los devorara la dictadura. Un resúmen a 25 años de la democracia recuperada.
44/47 Nueva sección: Poetas Argentinos, destinada a difundir las voces poéticas más significativas de la poesía argentina y latinoamericana.
48/49 El Arte de escribir según Franz Kafka.
50/55 Hemeroteca: "Contorno" Revista clave en los años.
56/64 Dos de las grandes obras de L. Stevenson, señor de la aventura y el terror.
65/70 ¿Cómo se produce el proceso creativo? Cuatro entrevistados de distintas disciplinas artísticas, dan su opinión.
71/75 Los Bibliomóviles ya surcan los caminos del país con experiencias para contar.
76/83 Jorge Carnevale es uno de los más "criticones" entre los críticos del cine. De lo que resulta con él una charla jugosa.
84/86 La BP más austral del mundo promueve la lectura con optimismo contagioso.
87/89 La BP Caminantes de Paraná, hace camino al andar.
90/91 Resultados del Concurso "Graciela Cabal".
92/96 Novedades Bibliográficas para las BP.
http://www.conabip.gov.ar/

Entrañable homenaje de Santiago Mac Goey a Don Ata


No deja de llamar la atención –algún día hablaremos del proyecto original de Vega- que en la biblioteca fundada por el musicólogo más importante de la Argentina casi no se hayan organizado recitales. Tampoco debe alarmarnos demasiado en el contexto de siglo y de país. Las palabras del presidente Julio Herrera en la presentación “hoy Carlos Vega y Guillermo Etchebehere van a revolotear entre los libros, contentos” bien podrían servir de enmienda.

El sábado 27 de diciembre se realizó, por vez primera en mucho tiempo, un espectáculo musical en la Biblioteca. Veremos que el sustantivo “espectáculo” no cabe del todo en la arriesgada propuesta de Santiago, que buscó establecer –mediante canciones y poemas- una comunicación directa y sensitiva con el público, en tiempos donde la mayoría de los “shows” se definen por los elementos que ponen distancia –luces, maquillaje, música ya grabada.

Pasadas las 21 horas, alejada la amenaza del sol, y con la compañía de un vino que creemos casual, Santiago Mac Goey emprendió la tarea de ese fenómeno único que es la música en vivo. El público se fue acomodando donde pudo pues el espacio quedó chico, ahí andaban el gaucho Urruti mostrando orgulloso una foto de Don Ata en Cañuelas, la mamá de Santiago, Haydeé Martínez –artífice del recital- y algunos de los Kychuas, quienes hicieron segundas voces desde primera fila.

“La música es comunicar, contarle al otro” esbozó Santiago entre las primeras interpretaciones, “Yo me criao, a puro campo…(poema), “Le tengo rabia al silencio” (milonga), “El alazán”, fueron ellas. La comunión entre música y poesía en las creaciones yupanquianas fue entendida de antemano por Mac Goey, y ésa fue la apuesta de todo el recital. En cuanto a la interpretación, dio muestras de sentirse más cómodo con las zambas, “Piedra y camino”, “Recuerdos del Portezuelo”, “Zamba del grillo” –la primera entonada por el público- estuvieron entre las destacadas; Gastón Zampone, bombo de los Kychuas, se sumó en una, luego prolongó su acompañamiento oculto entre la gente. “Guitarra, dímelo tú”, “Milonga del peón de campo” y la infaltable “Luna tucumana” en los bises, fueron buenos pies para poemas, que nunca desentonaron y crearon el clima necesario para un tributo a la obra de Atahualpa Yupanqui –gigante en su sencillez- y en el que Santiago cumplió sin traicionar su propia voz.

El presidente de la Biblioteca, Julio Herrera, trajo la sorpresa final: un comprometedor escrito, en el que Roberto Chavero, hijo de Atahualpa, desde Cerro Colorado, felicitaba al intérprete y lo aconsejaba en el difícil camino del arte.

(Las fotos fueron gentileza de Juan Pablo Herrera).

La Zamba por Carlos Vega


"Danza de la pasión y del afán –intimidad en plástica-; ocasión de proclamar la prístina voluntad de amor, para los hombres; compensación de la tendencia refrenada, ejercicio de coquetería y ensayo de asentimiento, para las mujeres; argumento pantomímico que sintetiza las angustias de la conquista sinuosa y en que las cosas de la soledad se dicen en la alta voz rítmica del cuerpo; preámbulo sin desenlace real; oculto sentido universal y eterno franqueándose en ambiente de tolerancia o beneplácito, la Zamacueca fue negada y loada, escarnecida y aclamada, rechazada y elegida, adorada y maldita".

"La Zamacueca", Carlos Vega en Las danzas populares argentinas


En Las danzas populares argentinas (1952) del musicólogo Carlos Vega se pueden encontrar casi 150 (!) páginas dedicadas a la por nosotros llamada Zamba, de diferentes denominaciones, depende la época y el lugar, Zamacueca, Cueca, Chilena o Marinera.

La antigua Zamba –perdida, como veremos, y que nos legó el nombre- se inscribe a decir de Vega en las siguientes grillas de clasificación, que comparte con la Chacarera, el Gato, el Escondido, entre otras:

-Danzas de pareja suelta (hombre y mujer bailan sueltos).
-De pareja suelta independiente (la pareja realiza sus evoluciones sin relación con las otras parejas)-Picarescas y apicaradas (ágiles y airosas, en tiempos vivos, generalmente con pañuelos, castañetas y zapateos.)

Luego, usualmente, el autor divide el estudio en: Clasificación, Origen, Historia, Coreografía y Música. La Zamacueca o Zamba, especialmente, también tiene división por zonas geográficas.

En el despliegue documental Carlos Vega no tiene rivales, en la Argentina, y probablemente en toda Sudamérica.

Transcribimos a continuación una (apretadísima) selección de las páginas dedicadas a la llamada Zamacueca, dentro de lo que somos capaces de entender y mostrar en el blog, pues el libro incluye gráficos, notaciones musicales y gran cantidad de láminas.

Si en las conclusiones de este maestro del folklore americano notamos un “rigor exasperado” como él mismo decía, no es –contestan sus palabras- por “influjo de clase” u “orgullo de habitante urbano”, sino por el “completo desorden anterior” que hubo de afrontar en la naciente ciencia.


ORIGEN. La Zamacueca nació en Lima; pero nació como acostumbran a nacer las danzas. De ningún modo se puede admitir que, un día cualquiera, alguien crea un orden melódico capaz de producir diez, cien, mil Zamacuecas diferentes. ( ) Se trataba de una fórmula tradicional en pleno uso. Nadie puede creer que en una tarde se elabora un orden armónico, esto es, que alguien inventa la misma armonía que costó a la Edad Media varios siglos .

Más adelante, profundiza irónicamente.

¿Se habrá “inventado” esa vez la pareja, es decir, un hombre y una mujer como protagonistas de la danza, sueltos, colocados frente a frente? Mil años antes bailaban así en los castillos, en las ciudades y en los campos europeos. (p.117)

Entonces ¿qué es lo que surgió en Lima en 1824?, pregunta Vega. Existen “climas propicios para la exaltación de una danza” y Perú estaba “viviendo las horas más intensas de su vida cívica”: “en 1821 ha entrado el General San Martín en Lima y el pueblo se siente libre; en 1823, los españoles retoman la capital y se retiran cuatro semanas después; caen los castillos del Callao en 1824 y vuelven los realistas a Lima; llega Bolivar…”, anota. Algo similar ocurre en la Argentina de 1810 con El Cielito. Vemos en estos dos ejemplos, el poder de los elementos criollos y sudamericanos en la (re) creación de las danzas, cuanto contradice el prejuicio de tomar a Vega como investigador de razones eurocéntricas.

Por cierto, el autor ya daba cuenta de la americanidad de la Zamacueca en la enérgica introducción: “El liberalismo europeo introduce los elementos coreográficos precursores y, cuando caen los últimos baluartes coloniales, la nueva danza, recreación americana, emerge y estalla y vuela, grávida y ágil; y es porque los hombres identificaron la independencia política de la tierra natal con la liberación pasional ínsita en el coreodrama desenfrenado y público”. (p.12)

En cuanto a la Zamacueca en Argentina, transcribimos.

“La primitiva Zamba llegó a la Argentina unos diez años antes que la Zamacueca, es decir, hacia 1815 ó 1820. Poco sabemos sobre su coreografía. La danza que hoy se nombra así en nuestras provincias no es la antigua Zamba sino la Zamacueca. Ignoramos también cómo el nombre de la anterior subsistió aplicado a la posterior triunfante.

La verdadera Zamba, procedente del Perú, se difundió por Chile y por la Argentina. En Chile, la Zamacueca absorvió coreográficamente a la Zamba e hizo desaparecer su viejo nombre; en la Argentina la absorvió también, pero he aquí que el antiguo rótulo, lejos de perderse, se conservó al lado del de Zamacueca para designar la nueva variante coreográfica. Esto es lo concreto, simple hecho de observación.

No puede dudarse de que cuando en la Argentina alguien dice Zamba se está refiriendo a la Zamacueca o Cueca. Hablo, es claro, del ambiente folklórico; porque aquí, en Buenos Aires, cualquiera llama de cualquier modo a cualquier cosa”.
(p.15)

Después leemos la situación geográfica de los nombres en Argentina (luego en Sudamérica y en la sorprendente invasión a España y EEUU) y sus yuxtaposiciones; depende la zona se puede llamar Chilena, Zamacueca, Cueca o Zamba. Junto a la recopilación de anécdotas en localidades del interior, donde los presentes, luego de bailar una cueca, bromean: “bueno, ahora toquen una zamba”. Para el autor, desde sus seiscientas melodías recogidas, no caben dudas: el origen es uno solo; los provincianos lo saben y no les interesa, y los tradicionalistas porteños no saben y no les interesa.

Las primeras anotaciones de valor en Chile y Argentina sobre la Zamacueca, las hace -según Vega y cuándo no- Domingo Faustino Sarmiento, “Sarmiento hablaba con conocimiento de causa, no era un eremita”, comenta el musicólogo sobre uno de los pasajes referenciales del sanjuanino.

Por suerte, en los textos de Vega, entre tanto devaneo documental, aquí o allá, siempre aparecen grietas de verdadera literatura:

“Una tarde cualquiera, rodando el monótono vivir, se encuentran y enfrentan un hombre y una mujer. Le gusta al hombre la dama, y obediente al eterno impulso, inicia la conquista. Ella tiene sus reservas, y las expresa; él insiste, y persevera en demostrarle la hondura de su sentir; gradualmente va deponiendo la mujer sus prevenciones, y al cabo de dramática alternancia de negaciones y promesas, ella, alcanzada por la pasión del enamorado, da su consentimiento, y triunfa la vida. Tal es el sencillo, el enorme argumento”. (p.132)


-Libro fuente: Las danzas populares argentinas, Carlos Vega, Instituto Nacional de Musicología “Carlos Vega”, edición facsimilar de 1986 (tomada del original de 1952), tomo II. Ambos tomos (I y II), se pueden consultar en nuestra Biblioteca.
Imagen arriba, de la fuente citada, “Una señora de 2º Rango baylando la Samba cueca” Perú, hacia 1845 (Lámina XIII).

martes, 6 de enero de 2009

Cierre del taller de narrativa 2008


El martes 23 de diciembre se realizó el cierre del taller de narraciones para chicos, una nutrida audiencia compuesta de profes, chicos y papis disfrutó de los ultísimos cuentos del año.

Mostramos todas las fotos del 2008 en Picasa


viernes, 2 de enero de 2009

Biblioteca cerrada del 10 al 31 de enero

Gacetilla de prensa

La Comisión Directiva de la Biblioteca Popular D.F. Sarmiento de Cañuelas comunica a socios y usuarios que la Biblioteca permanecerá cerrada al público desde el 10 al 31 de enero de 2009. Razones:
-Relevamiento del fondo editorial.
-Relevamiento patrimonial.
-Licencia del personal.

Aprovechamos la ocasión para desearles un buen año a todos.
Biblioteca Popular D.F. Sarmiento de Cañuelas