domingo, 15 de febrero de 2009


"Hombre prevenido vale por dos" por Elda Parra

Elda Parra es una de las tantas escritoras de Cañuelas que no tiene libros publicados pero se dedica con pasión a la creación y la lectura. Este cuento- relato, entre la ficción y la realidad, viene de La Hoja del Uncalito Nº 3, realizada por nuestros amigos Pablo Garavaglia y Susana Frasseren. Allí Susana escribía sobre Elda:

“...es madre, abuela, bisabuela, maestra de una impecable trayectoria, quienes la vimos trabajar damos fe, era un placer observarla indagar formas diferentes para que sus alumnos aprendieran. Infatigable lectora, con una formación autodidacta nos sorprende con sus conocimientos de historia, de personajes y de los clásicos. Despuntó el vicio de escribir en Los Uncalitos y desde acá le decimos que estamos orgullosos de su participación. Aguda observadora, establece desopilantes relaciones entre la realidad, la historia, la ficción de otros y la propia. Una gran creadora y va un ejemplo.



HOMBRE PREVENIDO VALE POR DOS
A Arquímedes, sabio nacido en Siracusa a JC, le debemos el cálculo de las áreas y de los volúmenes curvilíneos que constituyó el cenit de la geometría alejandrina; el perfeccionamiento del sistema numérico griego; los primeros trabajos de la geometría infinitesimal; la aproximación de Л; la fundación en física de la estática de los sólidos y de la hidrostática. Se le atribuyen inventos mecánicos como polea móvil, palancas, muflas y material bélico con el que jaqueó a los romanos que durante tres años sitiaron Siracusa.
Se dice que con un sistema de espejos planos provocó el incendio de sus naves.
Se dice que bañándose formuló el principio que lleva su nombre: “Todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje vertical dirigido de abajo hacia arriba, igual al peso del fluido que desaloja.”Cuando con los alumnos de segundo y tercer año visitamos el Zoológico Botánico de La Plata, al enfrentarnos con la jirafa, la guía nos informó que: duerme quince minutos por día, lo hace parada; a sus patas delanteras como son más largas que las traseras las abre para tomar agua, mientras el resto de la manada vigila; le cuesta incorporarse; su patada es la más fuerte entre los animales, capaz de quebrar la mandíbula del principal enemigo, el león.
Las jirafas no son las únicas que tienen cuatro patas, las sillas también, no pueden patear, pero sí abrirse, a las pruebas me remito.
Día martes veinticuatro de octubre de dos mil seis. Lugar, Cine Teatro Cañuelas. Hora, diecinueve. Temperatura 31 grados, inusual para la época, en setenta años se repite por primera vez. Convocan, Rancho Cultural Los Uncalitos y Escuela Nro. 1. Motivo, presentación del libro “El hombre, el trabajo y los recursos”. Autor, Carlos Moreno, arquitecto e investigador. Presentación, Susana Frasseren. A cargo de las diapositivas, Pablo Garavaglia. Público, sentado en modernas sillas de plástico, atentos a la exposición amena e interesante, la visión de que la historia no está sólo en el bronce y las batallas presente en todo momento, sólo es interrumpida por un fuerte golpe en la última fila; lo sucedido se transmite de boca en boca, las patas de una de las sillas han cedido, su ocupante se ha desplomado.
Nelia, delante de mí ha sopesado la situación, como un Arquímedes moderno dice:
—Que lo levanten los hombres.
No hay tiempo para poleas, palancas o muflas. Con gran esfuerzo de los participantes el partícipe se incorpora.
Marta de Ricardo, detrás de mí, formula su hipótesis, principio o apotegma.
—El calor ha dilatado al plástico, por eso se han abierto las patas.
No es la primera vez que las sillas se sublevan, como un potro salvaje una silla de madera lo desmontó a Tito Riva, el creativo Pablo la arregló y en el respaldo escribió: SILLA DEL POETA.
En un próximo encuentro recordaré aquello que nos repetían cuando éramos adolescentes, “los pies sobre la tierra” y al agradecer la silla que me ofrezcan, en voz alta diré:
—Así estoy más cómoda— mientras en voz baja murmuraré —: Y más segura.
El arquitecto nos informó que la tranca fue el anticipo de la tranquera, que antes no había madera. Plástico o madera. La depredación del hombre, el agujero de la capa de ozono, la globalización… se confabulan para que el planeta, sea un horno sin mufla.

Elda Parra en La Hoja del Uncalito Nº3, Cañuelas, mayo de 2007

(La foto de Elda pertenece a cuando obtuvo el Primer Premio en Género Cuento del Certamen "Blanca Iribarne" 2008, organizado por la Biblioteca D.F. Sarmiento).

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