viernes, 18 de diciembre de 2009


Cierre de la primera etapa del Taller de Narradores Sociales en Cañuelas. Testimonios, año 2009


Emoción, solidaridad grupal, confesión, apertura son algunas de la palabras que definirían el encuentro de narradores en la Biblioteca Sarmiento. Mejor que “literatura” o “taller” de lo que, sin dudas, también hubo mucho.

Los jóvenes y adultos del centro de recuperación para adictos Revivir, sin quererlo, se transformaron en protagonistas. Y “las madres”-como las llamaban los chicos- comprensivas, que fueron en todo momento Elda Parra, Nina Sabino y la coordinadora Alejandrina Chiappe, entre otras.

Recordemos que luego del primer encuentro con la presencia de creadora del programa “Contar con todos”, María Héguiz (ver entrada), se formalizaron cinco más con la consigna de entrenar un grupo de narradores sociales, quienes a posteriori se insertarán en espacios sociales elegidos para leer.

Pero sentimos la obligación de contar lo vivido. Una vez más, de contar. Y aun de pensar esas huellas.

¿Qué ocurriría si comenzáramos a abordar la lengua, la literatura, al revés de lo que siempre se nos enseñó?: en vez de prácticas de lenguaje, la sintaxis, el verso o la prosa: las vivencias del escritor? ¿Qué tipo de sensibilidad necesitaríamos para ello? Seguramente una sensibilidad no técnica, un llegar al otro como persona a través de sus vivencias; ¿psicoanálisis?, quizá, pero aún más completo, porque dejamos que el otro se cree sin nuestra intervención. Los que asistimos al taller por momentos sentimos que esto se producía, que cada uno despegaba de lo propio para ir al encuentro del otro, dentro de la contención mayor, que formábamos todos. Y recién ahí entendimos el nombre: Contar con todos.

El presidente Julio Herrera –quien se animó a contar sus memorias de infancia tucumana que esperemos continúen- expresaba: “si ustedes están acá es por algo, la cosas pasan por algo”. Y cierto es que un azar sin proyecto reconocible medió para que los integrantes de Revivir, ninguno nacido en Cañuelas, participaran de este taller. Decidimos en los testimonios darles protagonismo a ellos y también ponerlos en “Autores locales”, ya que además de que el noventa por ciento de los trabajos surgió en el ámbito del taller en la biblioteca, Alejandrina Chiappe, Nina Sabino, Elda Parra, entre otras docentes o con experiencia narrativa, fueron su forma de contención necesaria.



Malvinas "La hermanita perdida"

En 1823 el gobierno de Buenos Aires había comenzado la colonización de las Islas Malvinas, cuyo dominio había heredado de España. En 1829 nombró a Luis Vernet como Gobernador, que poco después tuvo 3 barcos norteamericanos pescando sin permiso en aguas argentinas. Se originó una cuestión diplomática que fue interrumpida por el asalto que hizo la fragata “Lexinton” de bandera norteamericana, contra Puerto Luis, puerto principal malvinero.

Una ola de indignación se alzó en Bs. As. y se terminó expulsando al representante norteamericano, lo que originó una interrupción en las relaciones por más de diez años.

La naciente Colonia quedó prácticamente destruida, pero al mismo momento en que Buenos Aires hacía valer sus derechos ante los EE.UU., los ingleses descubrirán su interés por las islas, que le permitirán un mejor control del Atlántico Sur y el estrecho de Magallanes.

En agosto de 1832 lord Palmerston decidió hacer valer su soberanía sobre el archipiélago, al mismo tiempo que la goleta argentina “Sarandí” se establecía en Puerto Luis.
Allí encontró a la “Clío” de la Royal Navy, cuyo capitán intimó al barco argentino el 2 de enero de 1833 a que arriase el pabellón, ante la negativa, al día siguiente ocupó el puerto rindiendo a la escasa guarnición y obligando a la “Sarandí” a hacerse a la vela.

Manuel Maza gobernador a la sazón calificó el hecho como “Ejercicio del más fuerte”.
La capital se conmovió de indignación, el ministro argentino en Londres presentó una protesta y a mediados del año corrió la voz de que sería retirada la representación argentina en Londres. Inglaterra rechazó la protesta y continuó la ocupación de las Islas. Buenos Aires reiteró periódicamente su reclamo y la cosa no pasó de allí. Argentina carecía de medios materiales para hacer valer su derecho y las relaciones con Gran Bretaña presentaban otros puntos de importancia que había que cuidar.

Cuando Rosas se hizo cargo del Gobierno tomó la cuestión malvinera con prudencia y cautela, procurando no crear un conflicto internacional y dejar a salvo los derechos argentinos.

Hacia 1841 trató de negociar la posesión de facto de Inglaterra pero el silencio y la posesión constituyeron una barrera infranqueable. Desde entonces las Islas fueron un punto de honor en las relaciones argentino-británicas, que se fueron dejando de lado, hasta 1982 cuando se originó el conflicto armado teniendo el final que todos nosotros sabemos.


-Fabián Durán, 50 años de edad. Sus relatos fueron todos de temas históricos, tomaba un hecho, en general de la historia argentina, y oralmente o a través de un escrito mantenía cautivada a la audiencia con un dramatismo cercano a la emoción patriótica, al orgullo nacional. Si bien los datos eran tomados de la historia, la narración tenía mucho de la forma de una crónica y elementos legendarios. El barco “Fénix” que sobrevivió a Pearl Harbor, luego comprado por la Argentina tomando diversos nombres (J.D.Perón, General Belgrano) para terminar hundido en Malvinas; las Cartas entre San Martín y Rosas; el tren que cargaba los muertos cuando la epidemia de fiebre amarilla en el Buenos Aires del siglo XIX, fueron otros argumentos de sus relatos.




La renovación del águila

El águila es una de las aves que alcanzan mayor longevidad, llega a vivir setenta años, pero a los cuarenta debe tomar una seria y difícil decisión.

En esta etapa de su vida, sus garras están apretadas y flexibles, y por ello, no consigue atrapar a las presas de las cuales se alimenta.

Su pico largo y puntiagudo, se curva, apuntando sobre su pecho; sus alas están envejecidas y pesadas, y sus plumas, gruesas, volar se le hace muy difícil…

En este punto, el águila, tiene dos alternativas: morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación. Este proceso dura cinco meses y consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse allí, en un nido cercano a un paredón, donde no tenga necesidad de volar. Después de encontrar ese lugar, el águila comienza a golpear su pico en la pared hasta arrancarlo.

Una vez logrado esto, debe esperar el crecimiento del nuevo, con el que desprenderá sus garras, una a una. En el momento en que las garras comiencen a nacer, comenzará a arrancar sus plumas viejas.

Cumplidos los cinco meses (cientocincuenta días), el águila sale y se levanta en el famoso “vuelo de de renovación”, para vivir treinta años más…

En nuestras vidas, muchas veces, tenemos que resguardarnos por algún tiempo y comenzar un proceso de renovación, para continuar un vuelo en victoria; debemos desprendernos de costumbres, tradiciones y recuerdos que nos causaron y causan dolor.

Solamente libres del peso del pasado, podremos aprovechar el resultado valioso que una renovación siempre trae.

Debemos ir a “Dios”, él nos dará la fortaleza para transitar el tiempo de renovación, recién entonces nos podremos levantar “como las águilas”…por el peso de “su” amor.

-Jorge Tomassino, 48 años. Estudió Ingeniería en la ciudad de La Plata, es empleado de una empresa textil en Quilmes, casado y con cuatro hijos. Sus cuentos tuvieron un trasfondo que se puede llamar moral o de sabiduría, leía pausadamente y atraía la atención de los demás de una manera didáctica. Compartió con Fabián Durán la madurez en el modo de abordar los temas tratados.





De un soldado de Jesús

Hubo una guerra que no podía parar, se trataba de un corazón, tenía fe en Dios, porque tenía hambre y sed peleaba, se sentía cansado, pero había una guía, un propósito, un mensaje. Era vencedor de la guerra. Él daba pasos para atrás, para adelante, no comprendía y Dios lo miraba. Y de repente se armó la guerra. Y se arrodilló y peleaba y peleaban, pero no podía hacer nada porque llevaba una herida en el corazón y en el bolsillo de la camisa. Y cuando terminó la guerra, dijo “estoy vivo”, miró al cielo y agradeció a Dios por un día más de vida. Y colorín colorado, este cuento ha terminado. Me parece que todos tenemos un soldado.

-Esteban Carranza, 31 años. A Esteban fue uno de los más costó animarse a leer o generar su propio relato, pero lo hizo con el correr de los encuentros, ya que estuvo presente en casi todos. En el último encuentro en Revivir recibió una ovación de parte de sus compañeros.






El alquimista

Bueno, buenas tardes. Primero quisiera contar algo de Coelho, ya que leí tres libros y esta historia se basa en él. Si algo tengo claro del autor y de sus libros, es que apunta a un lenguaje espiritual y a las señales de la vida, como por ejemplo la de seguir tu historia personal…

El alquimista es un libro que me gustó mucho porque habla en sí de la historia personal de cada uno.

Cuenta la historia de un pastor que tiene un rebaño de ovejas y viaja todo el tiempo por una parte grande de España. A pesar de que el muchacho era bien preparado y sabía teología, latín, entre otras cosas, le fascinaba la idea de viajar y ser libre.

Una noche paró con su rebaño a descansar en una capilla abandonada en donde se durmió con una de sus ovejas, que eran su única compañía, aunque el muchacho era conocido y querido por todas partes donde pasaba con sus ovejas y vendía su lana. Esa noche el muchacho tuvo un sueño, y en su sueño veía una silueta que lo llamaba de entre pirámides. Ese sueño lo tuvo por tres noches seguidas. Hasta que llegó a la conclusión de que cuando llegase al próximo pueblo iba a consultarlo con una gitana que se decía interpretaba los sueños, por más que él no le tenía mucha confianza.

Mientras caminaba con sus ovejas él siempre observaba y aprendió a lo largo del tiempo a entenderlas y hasta a hablar con ellas su propio lenguaje sin emitir una palabra, sabía cuando tenían sed, sabía cuando tenían hambre, cuando estaban cansadas etc. Ahí fue cuando casi sin darse cuenta, estaba empezando a usar un lenguaje espiritual.

Al llegar al pueblo fue enseguida a la tienda de la gitana. La gitana le empezó a leer la mano y enseguida dijo que no le iba a cobrar la consulta pero quería el diez por ciento del tesoro. El muchacho no entendía de qué le estaba hablando y tampoco le creyó, se levantó y se fue. Salió de la tienda un poco confundido, entonces se sentó en el banco de una plaza, en ese momento se acercó un anciano que intentó entablar una conversación, pero él estaba demasiado ocupado pensando en lo que le había dicho la gitana. Entonces trató de escucharlo, no quiso ser descortés ya que sus padres le habían inculcado el respeto por los mayores.

El anciano volvió a hablar y le dijo que lo conocía. Y en un minuto le contó al muchacho su propia historia, que era pastor, que sus padres vivían en un pueblo chiquito, donde había una capilla con un árbol en el medio, etc.

El muchacho no podía entender cómo ese anciano sabía tanto de su vida.
Así que le preguntó:
¿Cómo sabés tanto de mi vida?, ¿de dónde me conocés?
El anciano contestó:
En realidad te conozco de siempre y te estaba esperando, y es más, tienes que ir en busca de tu tesoro, tienes que ir en busca de tu historia personal.

Y le empezó a contar que todos los pequeños siempre tienen un sueño, cualquiera que fuese, pero a medida que van creciendo lo van postergando hasta casi olvidarse y guardarlo muy dentro de su alma, y le contó que no era el caso de él, porque a pesar de saber muchas cosas y haber tenido la oportunidad de trabajar quizás en algo más remunerado eligió ser pastor y viajar, porque así era feliz. Y ahí es cuando aparezco yo, que soy un rey (rey de Salem, un dios), aparezco a las personas que nunca olvidan sus sueños para alentarlos a que sigan adelante, y le dijo algo muy importante: cuando uno persigue su historia personal, todo el universo conspira para que lo consigas.

Es decir cuando tienes un objetivo y lo deseas de verdad, persevera y hace las cosas bien, que seguro el resultado es positivo.

Ojalá que cada ser humano siga su historia personal y ponga todo en eso, yo por mi parte lo estoy haciendo, y mi gran tesoro se llama León (mi hijo).


-José Luis Yemi, 31 años. José Luis se adaptó de manera rápida al taller y su opinión era muy tenida en cuenta por los demás. En el cierre del año en Revivir mostró dotes teatrales al representar la obra de Maestro y Vainman.






Mito de una bella dama

En mi adolescencia me gustaba mucho salir con mis amigos, iba mucho a los bailes. En una de esas ocasiones conocí a una joven muy hermosa de cabellos castaños ondulados, que caían de los hombros hasta los pechos, de ojos color avellana y unas pestañas abundantes, que cuando cerraba y abría los ojos parecía que tuvieran mariposas; mantuvimos la mejor charla que tuve, hablamos como si nos conociéramos de toda la vida. Tenía un vestido fuera de lo común, era muy formal para un lugar como el que estábamos, era blanco con muchos volados. Sin querer a la mitad de la charla quiero servir un poco de gaseosa y salpico ese hermoso vestido, a su vez a ella le agarró un poco de frío, entonces, como caballero que soy, le ofrecí mi campera, ella la aceptó e intercambiamos direcciones y teléfonos; la campera me sirvió para volver a verla.

Pasaron los días y yo decidí llamarla, pero su teléfono estaba fuera de servicio, empecé a sospechar de que en realidad para ella la charla no había sido muy amena, me sentí frustrado, y justo en ese momento recordé que también tenía su dirección. Esa tarde fui decidido, toqué timbre, salió una señora, me miró como si yo estuviera loco o cargándola, me cerró la puerta en la cara, pero como soy una persona perseverante decido volver a golpear. Me abre la puerta y dice que era su hija y que ella había muerto hace veinte años, yo no le creí. Me llevó al cementerio a ver su tumba y, para mi asombro, en esa tumba estaba mi campera.

-Gastón La Espina, 30 años. Gastón vino un día y leyó este escrito de su autoría, al cual sentimos confesional a través de un modo literario.






Relato

La facultad abría sus puertas a las ocho de la mañana y los estudiantes se dirigían de prisa a las clases o a desayunar.

Parmiter despertó de un sueño ligero y tranquilo sobre el escritorio con un brazo acalambrado por el peso de la cabeza. Vio a Metbaum trabajando aún febrilmente en el laboratorio, le llevó tres aspirinas para el desayuno.

-¿Cuánto falta, Metbaum?
-Creo que estará casi listo esta tarde –dijo el estudiante.

Esa mañana un incendio produjo daños en la planta generadora que abastecía el museo, una caja vacía, sin piedra ni hoja ni ramita, era una trampa mortal. El centípedo (1) lo embistió, lo rasguñó con las patas de puntas venenosas, enroscó su cuerpo, patas semejantes.

Cuarenta y cinco minutos más tarde, el centípedo, ojos destrozados, patas desparramadas por las jaulas, mandíbulas desgarradas, fracturas y cuerpo quemado.

Yacía boca arriba, mientras las cucarachas terminaban de lacerarlo con las patas que escarbaban y los apéndices que zumbaban.

Probaron con un escorpión, la cucaracha masticaba ceniza mientras el escorpión se abalanzaba contra el caparazón. Los científicos rescataron al insecto justo cuando la cucaracha terminaba su comida y comenzaba a mostrar signos de enojo.

(1) El centípedo es como un ciempiés, un artropodo alargado con numerosas patas. Son predadores de glándulas venenosas que se alimentan de cualquier cosa que encuentren.


-Matías Aguirre, 22 años. Sus cuentos eran del género de ficción cuando no completamente fantásticos, desconocemos de dónde viene tanto potencial imaginativo. Por lo que pudimos saber este cuento está inspirado en otra obra. Hablaba sólo en el momento de leer y lo hacía en voz baja.






Brisa del mar

Nuevamente él está ahí cansado, tal vez abatido
Mirando lejos, infinitamente, el horizonte
Quizás mirando desde lo más profundo de su corazón.

Buscando algo que solo, puede ver
Recuerdos, momentos que lleva en su memoria
y en su piel.

Con seguridad su pecho extraña, la brisa del mar.
La luna que nunca lo abandonó. Las estrellas
satélites mensajeras de algún amor.

Alegres llegadas a puertos, y tristes partidas;
conociendo la duda, de que tal vez a ese lugar
nunca más volverá.

Yo lo sigo observando, sin que advierta mi presencia.
Hace un gesto que pareciera nacer de lo más profundo
de su ser, quizás simulando, sabiendo que este lugar
no es el de él, sabiendo que su vida está en el mar.

Ahora, como si hubiese terminado con un rito habitual,
se para y mira a su alrededor, esboza una sonrisa
entre tierna y rabiosa, y vuelve a la realidad.

Pero él guarda la esperanza en su corazón,
a lo mejor, un día de estos, el destino lo vuelva
a poner en su lugar. Para poder volar con alas de espuma,
lunas de plata, avenidas de estrellas, en la mar.

8-4-1991


Poesía de vidas conjuntas

Todo comenzó una mañana muy fría
En un despertar lleno de esperanza
Posibilidad y esfuerzos por realizar
Donde he encontrado un cálido lugar.

Todos podemos encontrar ese lugar
Llegar con confianza, fuerza y voluntad
A pesar de las ganas, el esfuerzo y la tranquilidad
Hay un silencio que te hace reflexionar
En ser transparente a la hora de cambiar.

En la vida hay caminos diferentes por tomar
Encontrando las soluciones al caminar
Alegrías por disfrutar y emociones por reflexionar
Cada día que pasa, estos caminos,
Comienzan a iluminarse, y esas noches frías,
Con el tiempo se irán.

Me perdí alguna vez en aquel paisaje
Que inventé, allí donde la sombra me conquistó
Derramaba una baba pegajosa
Y en su sueño tan espeso me dejó.

Y a cada instante, la figura de la muerte
No despegaba su mirada tan urgente
Quiero ignorarla, pero sé que está presente
Esperando por mi hora, impaciente.

Pero hoy me quedo acá
Porque hay visiones que mañana podré recordar
Y ese miedo, sólo me hará pensar
Qué está bien y qué está mal.

Todo parecía una pesadilla, con miedo y desazón
Ese dolor me llegaba hasta el alma
Por suerte apareció un ángel, y me dio un consejo:
Ten fe y esperanza, y haz de llegar muy lejos…

27-11-2009


-Jorge Aníbal Florentín, 48 años. Jorge quiso y nos permitió subir estos dos poemas, uno antiguo de gran significación. Se adaptó rápidamente al curso, siendo de los que más opinaba, siempre de un modo emotivo y personal. Dijo ser “marinero de corazón”. Hoy es chofer, soltero y con dos hijos.






El elefante

Un domador de circo consigue mantener a un elefante aprisionado, porque usa un truco muy simple: cuando el animal aún es cría, amarra una de sus patas a un tronco muy ancho, por más que lo intente, el pequeño elefante no consigue soltarse. Poco a poco, se va acostumbrando a la idea de que el tronco es más poderoso que él.

Al hacerse adulto, dueño de una fuerza descomunal, basta con rodear con una cuerda la pata del elefante y amarrarla a una estaca para que no consiga soltarse, ya que recuerda que lo intentó muchas veces y no lo consiguió.

Al igual que los elefantes, nuestros pies también están amarrados a algo pequeño, pero como desde niños nos acostumbramos al poder de ese tronco, no osamos hacer nada. Sin saber que basta un simple gesto de coraje para descubrir toda nuestra libertad.

Desde niño la vida me jugó muy duro, sacándome a mi padre y mi madre cuando era sólo un nene de trece años. Desde ahí me crié dentro de un auto abandonado junto a lo único que tenía que era mi hermano, con el tiempo fuimos creciendo pero la vida nos llevó a tener que separarnos, él decidió robar y yo pelearla laburando, luego terminé juntándome con gente de la calle, laburante, pero con malos hábitos. Crecí en una vida muy careciente de afecto y la seguí peleando, con la gente que estaba, me rodeaban por lo que tenía y no por lo que era, me di cuenta que eso no servía y tuve que volver a romper la soga que me ataba a ellos.

Para cambiar de vida conocí a la mujer más buena del mundo, que se llama Alicia, y tuvimos un hermoso ángel que se llama Morena, pero con mi enfermedad, me di cuenta que a las mujeres que más amaba las estaba lastimando, y tuve que volver a romper la soga porque las amaba tanto que no me podía permitir arruinarles la vida, y seguí mi rumbo.

Pasó el tiempo y conocí a Paula, me hizo sentir lo que es el amor de verdad, con el tiempo me dio otro ángel, Uma, por Dios qué locura de sentimiento y esfuerzo, mucho esfuerzo, le pude hacer lo que verdaderamente se merece una mujer, un nido. Hecha con mis manos nuestra casa, con el tiempo mi felicidad se empieza a ir por mi enfermedad, la descuidaba, y ella conoció a otro hombre y me lo dijo.

Y sí, uno de tantos fracasos se va haciendo fuerte, y como un gran padre pensé en ella y decidí dejarle la casa, porque más allá de todas sus falencias fue, es y será una gran madre para mi hija. Yo quedé muy mal y terriblemente enfermo, volví a caer, esta vez peor, terminé en la calle en un infierno. Pero un día dije “papi, cuánto que sufriste y siempre que caíste te levantaste”, miré mi pie y rompí la cadena de sufrimiento y me interné en Revivir.

Hoy me miro en el espejo y veo a Morena y Uma. Estoy orgulloso de mí porque siempre pude romper la cadena que me agarraba. Hoy tengo muchas ganas de vivir y mi motor son mis hijas, y quiero vivir sano con ellas.


-Diego Esteban González, 29 años. No hay mucho para agregar luego de este escrito. Además de su sentido del humor y adaptarse en forma rápida, se condujo de manera solidaria con sus compañeros más retraídos.





Poema

Días y noches creyendo
Ser dueño del tiempo y mis sentimientos
Calmando fracasos, no queriendo
Maltratando mi cimiento
Buscando inconcientemente
(un gran desmoronamiento).

El peso en mí ya no es llevadero
Buscando en mi conciencia
Hallaré un hombre entero
Volcando mi energía a un mundo nuevo
Pido ayuda, yo ya no puedo.

Personas esperan
Rogaban, ansiaban
Que cuente con ellas
Y tomé sus manos
Pequeñas y grandes
Esposa e hijos, padres y hermanos.

Miro sus ojos
Me doy cuenta
Que mi vida es su vida
No hay vuelta.

Abro los ojos
Quiero algo nuevo
Lo obtengo, lo emprendo
Resigno, me guían
Acepto
Cuesta, vale y comprendo.

Me doy cuenta de verlo a tiempo
Buen trabajo en mis pensamientos
Me levanto
Sé que estoy a tiempo.

Pienso lo malo
Pienso lo bueno
La vida está llena de eso
Afrontarlo, seguir creciendo
Es lo que necesito en este momento.

La vida quiero, tenga sentido
Me esfuerzo con o sin penas
Lo veo, lo quiero
Ser feliz
Me espera el sendero.

20-11-2009


-Rogelio Valdez, 51 años. Rogelio confesó su timidez y, luego de dos o tres viernes, escribió este poema.





El cuento que nunca se escribió

1

Yo quería escribir un cuento, pero me faltaba la historia, en ese preciso momento suena el timbre, abro y me encuentro con un anciano, bien vestido, traje y corbata, la ropa era muy vieja. Muy educadamente me pidió que le diera algo de comer, me di cuenta de que era una persona muy culta, por lo cual le ofrecí una suculenta cena a cambio de un cuento, y aceptó inmediatamente. Comenzamos con un antipasto.

Gracias a su profesión, destacado dibujante y famoso pintor al óleo, reconocido mundialmente, había recorrido casi todo el mundo, abandonando mujer e hijo, a los cuales nunca dejó de mantener. Era un bohemio que contaba su vida como una historia mezclada de amor y fantasía, con alegría y tristeza. Se destacó en Roma, Florencia, Madrid, París y hasta en Moscú, hizo una gran fortuna y todo testamento a su hijo.


2

El joven preguntó por qué estaba pidiendo comida por las calles, vestido con ropas viejas, en tanto le seguía dando buena comida y bebida. El anciano le responde: Estoy pasando por un mal momento, de depresión y angustia, tengo que organizarme porque me queda poco tiempo. El antipasto había finalizado.

El joven invita: ¿Me acompaña a la terraza a ver el asado? Al descender la escalera de la terraza, el anciano resbala golpeando la cabeza y rompiéndose el cráneo. El joven rápidamente busca los documentos del anciano y llama a una ambulancia, se acerca al cuerpo y, en ese momento, reacciona, observa nuevamente el documento, y abrazando al cuerpo, grita fuertemente: ¡Papá, papá, un minuto más papá, te quiero, te quiero…¡Papá!

20-11-2009


-Luis Alberto D’Ortona, 50 años. Diseñador estilista de ropa, vive entre Argentina, Italia y otros países europeos. Visitó la Argentina por dos meses y una circunstancia particular, junto a una adicción, lo hizo ingresar a Revivir. Su modo de contar era oral y básicamente teatral, traía un escrito como disparador que lo asistía.


-Como final, ponemos un relato que leyó Alejandrina Chiappe en uno de los encuentros. Alejandrina o "Nané" es profesora de Lengua y fue presidenta de la Biblioteca Sarmiento por un espacio de diez años.



La isla de los sentimientos

Erase una vez una isla en donde habitaban todos los sentimientos:
La alegría, la tristeza y muchos más, incluyendo el Amor.
Un día les fue avisado a los moradores que la isla se iba a hundir.
Todos los sentimientos se apresuraron a salir de la isla,
se metieron en sus barcos y se prepararon a partir, pero el Amor se quedó.
Quería quedarse un rato más con la isla que tanto amaba, antes de que se hundiese.

Cuando al fin ya estaba casi ahogado, el Amor comenzó a pedir ayuda.
En eso venía la Riqueza y el Amor le dijo: Riqueza llévame contigo.
No puedo – le contestó – hay mucho oro y plata en mi barco.
No tengo espacio para tí.

Entonces el Amor le pidió ayuda a la Vanidad: por favor ayúdame.
La vanidad le dijo: no te puedo llevar, tú estás todo mojado,
vas a arruinar mi barco nuevo.

Pasó la Soberbia, que al pedido de ayuda contestó: ¡Quítate de mi camino o te paso por encima!

Como pudo, el Amor se acercó al yate del Orgullo y, una vez más, solicitó ayuda. La respuesta fue una mirada despectiva y una ola casi lo asfixia.

El Amor le pidió ayuda a la Tristeza: ¿Tristeza me dejas ir contigo?
Ella le respondió: ¡Ay ! Amor, estoy tan triste que prefiero estar solita.

También pasó la Alegría, pero ella estaba tan alegre y ocupada
que no oyó al Amor llamar.

Allí fue cuando una voz llamó: ven Amor yo te llevo. Era un viejito,
el Amor de tan feliz olvidó preguntarle su nombre.

Al llegar a tierra firme preguntó a la Sabiduría:
Sabiduría ¿quién era el viejito que me trajo hasta aquí?
Ella respondió: era el Tiempo.

¿El Tiempo? preguntó el Amor,
pero ¿por qué sólo el Tiempo me quiso traer?

La Sabiduría contestó:
Porque sólo el tiempo es capaz de ayudar a entender un gran Amor.




Todos los participantes desde el segundo encuentro, con la coordinación de Alejandrina Chiappe: Jorge Florentín, Jorge Tomassino, Luis Alberto D’Ortona, Fabián Durán, Alfredo Antún, Diego Esteban González, Mario Paroli, Gabriel Coria, Matías Aguirre, Gastón La Espina, Esteban Carranza, José Luis Yemi, Rodrigo Villavicencio, Rogelio Valdez, Alejandro Gómez, Mónica Francavilla, Ana Paula Ezquerra, Elda Parra, Chola Rizzi, Nidia Urrutia, Rosa Esther Sabino, Olga Maruli y Julio Herrera. Oyentes: Laura Foti, Aramis Caeiro, Alejandra Jaime, Julieta Biato, Marcela Vergara, Elena Chiappe, Juan Manuel Rizzi y Débora Uño.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para Luis Dortona: hoy será otro día inolvidable, además del 21 de enero y el 14 de febrero. Me encantó leer tu cuento, me encantó ver que podés usar la magia de la palabra. Te quiero como siempre y para siempre. Lilicha