sábado, 11 de septiembre de 2010


Homenaje a Luis Iglesias, en el Día del Maestro


El Grupo Lilulí en la Escuela Nº 11 de Tristán Suárez donde enseñaba Iglesias. De izq. a der: tres parientes de Iglesias o colaboradores de la escuela, luego Iglesias (de anteojos), Felipe Rossi, José Oscar Arverás, Guillermo Etchebehere, Floreal Mazía, Alberto Lema y Federico Golcio (de rodillas), sentados: Carlos Gorostiza (izq.) y Alfredo Herrero (der.)


Otra muerte que lamentamos en el mes agosto además del doctor Rolandelli, fue la del maestro Luis Iglesias, tan entrañable e inspirador para las maestras de escuela primaria. Luis Fortunato Iglesias había nacido en el vecino pueblo de Tristán Suárez, y merced a su labor como maestro único en la Escuela Rural Nº11 de dicha localidad, creó una obra pedagógica original implementada en toda Latinoamérica.

También muy ligado a nuestra biblioteca por la cercanía al "poeta luminoso", como lo llamaba, Guillermo Etchebehere. El documento más extenso y detallado sobre la vida del poeta, es la conferencia del maestro Iglesias en la Biblioteca Sarmiento el día 15 de junio de 1979 a un año de la muerte de su querido amigo.

En una de las dieciocho páginas de la conferencia, originales que guarda la biblioteca, recuerda la primera vez que lo conoció:

"Nacido y crecido en Tristán Suárez resultábamos vecinos y, por haber pasado alternativas muy parecidas en la misma época, sin tratarnos y sin saberlo, compartíamos las mismas desazones, contradicciones, laxitudes y rebeldías. Por eso para mí fue impactante leer en la revista "Claridad"(1) -publicación muy difundida que se hacía en Bs. As. para toda América Latina- un poema, "Pueblo natal" que firmaba Guillermo E. Etchebehere, de Cañuelas. Era un grito de protesta, de rebeldía contra el lugar de nacimiento, contra la asfixia que tanto en su pueblo como en el mío como en cualquier pueblo inocente de este mundo, sienten alguna vez los adolescentes. 'Porque eres quieto, demasiado quieto/ porque eres manso, demasiado manso', y esto resultaba todo lo que podía recriminar con sus versos el poeta en franca insurrección. En realidad, él estaba armándose de decisión y coraje, dispuesto a encontrar una oportunidad para romper profundos vínculos y abandonar Cañuelas. A ese, su pueblo natal, al que después durante toda su vida cantaría con reminiscecias y palabras de eterno enamorado".

Un dato que Iglesias omite en su emotiva conferencia, quizá como gesto de humildad, es que su  libro de creaciones infantiles Viento de estrellas tiene el título inspirado en un poema de Etchebehere:


ROMANCE BLANCO

Abrió la escuela sus puertas
-rosa que se abre en el alba-
y como viento de estrellas
en la grupa de mil alas,
corrieron por los caminos
en tropel, las esperanzas.
Se iluminaron las calles
con música de campanas;
los gnomos de los recuerdos
hurgaron dentro del alma
y se encendieron mis ojos
en el brillo de las ansias.
Sentirme de nuevo niño…
Decir otra vez palabras
prisioneras en el eco
sin edad de nuestra infancia…
De pronto trizó mi sueño
el sol de las carcajadas:
por los caminos venían
-aluvión de espuma blanca-
veinte niños –veinte pájaros-
deshilvanando palabras.
Sus risas eran gaviotas
borrachas, en la mañana.
Abrió la escuela sus puertas.
¡Se abrió una rosa en el alba!


No hay mucho para agregar tras el encantamiento de este poema, que ostenta la característica fácil musicalidad de sus primeros versos. Homenaje que hoy nos manda Etchebehere para los maestros.



(Dedicatoria de Iglesias para la biblioteca en Didáctica de la libre expresión).


En 1943 Iglesias y Etchebehere van a formar "la punta sur" del grupo de intelectuales Lilulí, que contaba entre sus miembros a Carlos Gorostiza (director de teatro y escritor), Floreal Mazía (traductor plurilingüe), Pedro Asquini (actor fundador de "Nuevo Teatro" en los 50), Felipe Rossi (director de Radio El Mundo, luego), José Oscar Arverás (poeta y novelista), Alberto Lema (dirigente sindical de Luz y Fuerza), José García Falcó (escritor y periodista, luego secretario de José Ber Gelbard), entre otros, grupo de temible variedad y talento. La primera publicación de la editorial (cuadernillos) Lilulí, es el segundo poemario de Etchebehere Jornada del hombre, a excepción del cañuelense, los demás eran escritores inéditos, Luis Iglesias edita por Lilulí La escuela emotiva (ensayo pedagógico) en 1945. El grupo se separa (para decirlo con palabras más suaves de las que ellos utilizaron) por el control que ejerció el peronismo sobre lo que se leía, escribía y representaba en libros y teatros.

Estos "Cuadernillos militantes de prosa y poesía" no se tratan, sin duda, de "literatura pura", según dicho de Luis Soler Cañas, uno de los críticos más serios y centrados de la generación del 40. Expresiones como "nuevos tiempos" o "militante" que acompañaban todos los cuadernillos, hablan de una ubicación temporal y un rumbo.


Biografía y obra de Luis Iglesias

“La madre campesina, el padre herrero de minas, ambos gallegos. Él, Luis F. Iglesias, el menor de un puñado de hermanos nació en 1915 en Tristán Suárez, un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires donde comienzan la pampa y la ganadería”.

(Apunte biográfico escrito por Guillermo Etchebehere, para la primera edición de La escuela rural unitaria).


Luis Fortunato Iglesias nació en Tristán Suárez, partido de Esteban Echeverría, en 1915. Durante veinte años se desempeñó como maestro único en la Escuela Rural Unitaria N° 11 de Tristán Suárez y reunió sus experiencias en varios libros, entre ellos, La Escuela rural unitaria.

Fue miembro directivo del periódico Educación Popular y recibió numerosos reconocimientos en la Argentina y en diferentes partes del mundo. A partir de su labor a lo largo de veinte años como maestro rural en la Escuela N° 11 de Tristán Suárez, Luis F. Iglesias elaboró propuestas renovadoras de la didáctica en todas la áreas de la educación básica que aún hoy son fuente inspiradora para los docentes.

Creó herramientas didácticas que nacieron de las necesidades que se le presentaban en el aula. Entre esas innovaciones se pueden mencionar el laboratorio, elementos de multicopia y el museo escolar -en el que los niños participaban activamente-, un espacio que permitía conjugar la enseñanza de las ciencias naturales con las ciencias sociales.

Otro de sus aportes pedagógicos fueron los guiones didácticos. Se le entregaba a cada grado un conjunto conformado por material gráfico, fotografías, dibujos, elementos ilustrativos, que incluían preguntas, oraciones inconclusas, entre otras orientaciones para que los niños trabajaran libremente y en forma autónoma.

Los "cuadernillos de pensamientos propios" eran cuadernos personales de cada alumno para escribir y dibujar espontáneamente. Allí los niños podían expresar ideas, sentimientos y experiencias de la vida cotidiana. Luego eran leídos por el maestro, que aportaba su opinión.

Fue becario de la UNESCO, que luego lo integró en sus misiones pedagógicas. Y en la Universidad de La Plata inició la primera cátedra argentina universitaria de Organización y Didáctica de la Enseñanza Primaria, 1960/61. Desde esos años y hasta 1976, fue miembro directivo del periódico de combate docente: Educación Popular, publicación varias veces censurada y en la que llegó a escribir desde la cárcel.

Recibió en 1985, el Premio Aníbal Ponce. En 1986, el Premio Konex de Platino Humanidades, Educación, Maestros. En 1988, el Primer Premio Educación, Fundación Navarro Viola. En 1992, Medalla de Honor por su defensa de la Escuela Pública, otorgada por la Fundación Ricardo Rojas-Karakachoff. En 1994, la Universidad Nacional de Lomas de Zamora le da el título de Doctor Honoris Causa. En Brasil, recibió la distinción honorífica que el II Congreso de Historia de la Educación otorga a tres educadores distinguidos vivos, y en La Habana, en el Congreso “Pedagogía 95”, recibe el Medallón de plata y el diploma de Profesor Titular del Instituto Superior Pedagógico “Enrique José Varona”, e igual titularización de homenaje en el Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño, febrero de 1995.

En México su obra fue declarada de interés educativo, y su libro, La escuela rural unitaria, fue impreso (35 mil ejemplares) y regalado a todos los maestros rurales del país.

Su gran último homenaje aconteció en el mes de abril de 2010, en el marco del Congreso Nacional de Educación del Bicentenario, organizado por el Ministerio de Educación de la Nación en la ciudad de Paraná (Entre Ríos). Allí, más de 1000 docentes de todo el país pudieron observar el documental Luis F. Iglesias, El camino de un maestro, elaborado por el área de comunicación del Instituto Nacional de Formación Docente (INFD), y que hoy se emite por Canal Encuentro (2).

Luis Iglesias falleció, vaya sincronía, el último 8 de agosto, cuando en Argentina se celebraba el Día del Niño. Su obra valería ser editaba completa, y ser puesta en su país a la misma altura que la del brasileño Paulo Freire, cuyas teorías guardan tanta relación en ideas y tiempo.


Obras de Luis F. Iglesias:
-La escuela emotiva - Ensayo pedagógico, 1945.
-Viento de estrellas - Antología de creaciones infantiles, 1950.
-La escuela rural unitaria, 1957.
-Diario de ruta: Los trabajos y los días de un maestro rural, 1963
-Didáctica de la libre expresión, 1979.
-Pedagogía creadora, 1980.
-Aprendizaje vivencial de la lectura y la escritura, 1987.
-Los guiones didácticos: Técnica para la conducción del aprendizaje, 1988.
-Confieso que he enseñado, 2004.


FRAGMENTOS DE SU OBRA:

"La 'Biblioteca menor', para los más chicos, es como un escaparate que ofrece mercadería al público exponiendo las tapas policromas de los cuadernillos y libros. (...) A los niños les gusta —¿quién no lo sabe?— elegir los libros por las tapas y las ilustraciones; con ello están delineando el tipo de mueble que necesita la biblioteca infantil. Verlo todo con sus ojos, dar vuelta y rebuscar todo con sus manos, son condiciones que es necesario respetar si de veras se piensa en la formación del niño lector."

La escuela rural unitaria, 1957.


"No hay aprendizaje posible sin el respeto a la palabra del otro. En nuestra escuela los conocimientos se adquirían de un modo vivencial. Utilizábamos el lenguaje cotidiano no solo para hablar, sino para escribir. En Viento de estrellas, que es una antología de creaciones infantiles, se puede percibir y disfrutar el habla cotidiana, plena de belleza y cercana a las experiencias y a las emociones de los niños".

Entrevista en http://www.turemanso.com.ar/


"Dime cómo dispones tu espacio y tu tiempo en el aula y te diré cómo enseñas".

"Por eso la escuela es vivida y necesita ser pensada, es un lugar para crear espacios y actividades que permitan hacerla de muchas formas, de otras formas. En ese sentido la escuela es una posibilidad, no solo un hecho ya establecido: siempre está abierta, se la experimenta de múltiples formas, puede cambiar, conservarse, reciclarse y ser pensada de diferentes maneras. Se la construye diariamente, aunque a veces parezca inmutable, permitiendo o clausurando posibilidades (...) Para llevarla adelante es necesario, por un lado oponerse a ciertas cosas que están instituidas y por otra, empezar a arriesgar con nuevas propuestas. Siempre estuve en contra de una escuela con fisonomía carcelaria."

"Arquitectos: ha llegado la hora de reformular la matriz escolar, con sus módulos alineados, repetitivos, indiscriminados. Esos módulos que pretenden ser aulas de 7.20 x 7.20 con una puerta y una ventana, sin indagar alternativas en su configuración ni en sus relaciones con los conectivos, con las expansiones y con las otras aulas. Esa matriz cuyos patios son el remanente".

Confieso que he enseñado, 2004.


“La nuestra fue una actitud de rebeldía contra un sistema sordo y rutinario que carcomía las más delicadas fuentes de pensamientos y sentimientos de las edades más propicias para aprender a pensar, crear, actuar, sentir y soñar.”

“La Escuela era aula, taller y comunidad. La idea era llamar la atención permanente de los chicos, como si fuera un imán. Si la escuela aburre, no sirve. Si no enseña a pensar, tampoco.”

Entrevistas en el libro El valioso aporte pedagógico del maestro argentino.


"Muchos maestros de escuelas urbanas que conocieron nuestra experiencia y sus documentos, descartaban casi de inmediato la posibilidad de lograr que los niños de la ciudad y de la villa suburbana pudieran expresarse con la llaneza y la gracia de los nuestros. Para ellos, aquellos niños habían perdido muy pronto y tal vez definitivamente la ingenuidad, la capacidad de asombro y hasta la pureza que trasuntan los autores de Viento de estrellas. (...) Cuando al niño ciudadano se le pide el sencillo relato de los sucesos de su vida diaria, elige los más violentos y espectaculares. Si no los ha vivido como protagonista o testigo, los inventa: peleas, choques de autos, tiroteos, incendios, asaltos, insultos, juegos truculentos, bromas brutales. Pareciera creer que no existen otros temas dignos de su libre narrativa; y aquellos maestros que hayan intentado desviar al niño de semejantes asuntos, saben muy bien que la tarea es larga y nada fácil".

Didáctica de la libre expresión, 1980.


"Él es un recipiente que hay que llenar en tiempo record como las botellitas que andan por la cadena tayloriana: aquí lavado, aquí llenado, etiqueta, corcho...¡listo para el consumo! Vertiginosamente es llevado de una clase a otra, sin ser oído, sin hallar remansos de maduración, abrumado por una avalancha de temas que acaban por enemistarlo, tal vez para siempre, con todos los procesos del conocimiento y la cultura".

Viento de estrellas, 1950.




NOTAS
(1) Trascendental publicación para intuir el relieve ideológico del Grupo Lilulí. La Revista Claridad (1926-1941) dirigida por Antonio Zamora, difundía obras de literatura del socialismo europeo y latinoamericano, Zamora había sido antes creador de una editorial con el mismo nombre que publicaba clásicos y nuevos autores a precios populares. La revista contó entre sus colaboradores a Leonidas Barletta, César Tiempo, Álvaro Yunque, Baldomero Fernández Moreno, Roberto Arlt, Juan L. Ortiz; se autodenominó de izquierda desde sus inicios, refugio de quienes militaban en el grupo literario Boedo. “Deseamos estar más cerca de las luchas sociales que de las manifestaciones puramente literarias. Creemos de más utilidad para la humanidad del porvenir las luchas sociales que las grescas literarias, sin dejar de reconocer que de una contienda literaria puede también volver a surgir una nueva escuela que interprete las manifestaciones humanas en forma que estén más de acuerdo con la realidad de la época en que vivimos”. (Claridad, Año 1, Nº 1, julio 1926). Misma lucha, que en otros pasajes de la revista adquiere rebordes anarquistas: “Lucha contra la iglesia, que es represión y barbarie; lucha contra el Estado, que es el entronizamiento de unos pocos aprovechados; contra el ejército que es refugio de criminales más repugnantes que los que por mil circunstancias adversas se ceban en el primero que pasa. Lucha contra la moral cristiana, porque veinte siglos de cristianismo no han hecho otra cosa que abatir el espíritu del hombre….Lucha, hermano. ¡Si supieras cómo te enaltece la lucha! El bien y el mal te rodean como exóticas flores de enormes corolas negras y blancas, y entre todos, tú que luchas, eres como un tallo enhiesto, viril, recto y tajante como una espada en dirección del cielo. Que no de otra manera me figuro yo a los que han luchado, desde Cristo hasta Lenin". Veamos si la lectura de esta revista influyó en Etchebehere, leamos algo más.
(2) En el video editado por el Ministerio de Educación que subimos en la próxima entrada del blog, se puede escuchar en primer lugar la voz de Juan Tarragona, alumno de Iglesias, luego director de la Escuela Técnica Nº1 Coronel "Manuel Dorrego" de Cañuelas. Y observar diferentes fotos del grupo Lilulí donde aparece Guillermo Etchebehere.

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