lunes, 28 de marzo de 2011


Poetas con los desaparecidos

Francisco "Paco" Urondo y Juan Gelman -el primero desaparecido, el segundo en actividad- son de alguna manera los dos poetas argentinos que escribieron y vivieron la dictadura, más conocidos. Muchos otros, como Gelman, soportaron el exilio y la desaparición de amigos y familiares.

El mayor poeta guatemalteco, Luis Cardoza y Aragón, creía que la verdadera poesía era subversiva. Nos preguntamos qué relación habrá en el uso malintencionado de esta palabra por los militares -que significa debajo de la versión u otra versión y también utilizaron los surrealistas- con la poesía.

Elegimos tres poetas no tan conocidos, dos de ellos muertos por la dictadura, Miguel Ángel Bustos y Roberto Jorge Santoro, y el restante aún comprometido en causas políticas y sociales, fundador en el 2000 junto a las Madres de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo. Nos referimos a Vicente Zito Lema.


“¿En qué alcantarilla de sangre se ha escurrido
el dulce vino de cambiar el mundo
de construirnos a nosotros mismos
solidarios
críticos
románticos…?


Vicente Zito Lema, Anuncios del colibrí, diciembre de 1973



VIENTRE PROFETA SIN TIEMPO

Yo no soy de ningún siglo.
Vivo ausente del tiempo. Soy mi siglo como soy mi sexo y mi delirio.
Soy el siglo liberado de toda fecha y penumbra.

Pero cuando muera, el profeta que hay en mí se alzará como un niño sin moral y sin patria. Un niño loco con lengua de alaridos. Entonces amanecerá en el millón de

Galaxias.

Madres del futuro; cuidado; cuando muera puedo volver.

Entonces, ay, vientre que me aguardas, dulcísimo catedral de tinieblas.


Miguel Ángel Bustos Von Joecker
nació en Buenos Aires en 1932. Cursó estudios de Derecho y Filosofía y Letras, entre 1952 y 1956 desarrolló su pasión por los idiomas (inglés, francés, portugués, italiano). Viajó por el norte de su país, Brasil, Bolivia y Perú en una busca de la identidad continental que se refleja mágicamente en poemas y dibujos suyos vinculados al surrealismo y la literatura fantástica.
Cuando regresa a Buenos Aires en 1964 se casa repentinamente y sufre una internación de casi un año en el neuropsiquiátrico Borda donde conoce al poeta Jacobo Fijman.
Entabla relación con Leopoldo Marechal, al que define como su maestro y que prologa “proféticamente” Visión de los Hijos del Mal, publicado por la Editorial Sudamericana y por el que recibe el Segundo Premio Municipal de Poesía en 1968. Marechal en ese prólogo define a Bustos como Claudel a Rimbaud: “místico en estado salvaje”.
Era militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Colaboró como crítico literario en las revistas Panorama, Siete Días y en los diarios La Opinión y El Cronista Comercial, entre otras.
Fue secuestrado de su domicilio ubicado en la calle Hortiguera N° 1521 piso 6° departamento "B" de Buenos aires, el 30 de mayo de 1976 un grupo de personas que se identificaron con unas Tarjetas Amarillas como pertenecientes a la Policía Federal golpearon la puerta del domicilio de Miguel Ángel y su esposa. No hay testimonio de su paso por un Centro clandestino de detención. El caso fue tratado en la Causa Primer Cuerpo de Ejército.
Su obra poética le ha valido ser considerado –tardíamente, editorial Argonauta publica su obra completa en 2008- uno de los mayores poetas de su generación. Rubén H. Ríos, escribió en un buen artículo sobre el tramado de sus influencias: “el conocimiento superior de Hölderlin, Lautréamont (con el comentario de Los cantos de Maldoror se inician sus textos bibliográficos), Gérard de Nerval, William Blake, Novalis, Baudelaire, los trovadores provenzales, Nietzsche, Marx y una amplia cultura sobre las civilizaciones precolombinas y las sabidurías orientales. A su modo, el izquierdismo de Bustos (que no era prosoviético) se orienta hacia el maoísmo, porque en éste percibe que se conjuga el Ying y el Yang del taoísmo –en tanto juego de opuestos– con la dialéctica occidental”. (diario Perfil Cultura).
Textos de Bustos



XIII

se han empezado a recaudar fondos para los militares
enfermos
y en las islas malvinas se encontró una sirvienta

para solucionar el problema de los techos que se vienen
abajo
en todas las esquinas instalaron negocios de acero
inoxidable
que venden chicles y frasquitos con goma de pegar

los chicos no van más al colegio
las maestras se dedican a tomar vermouth en las
confiterías
y nadie puede ver a las hormigas

las únicas casas que permanecen abiertas son las armerías
todo el mundo tira las cosas a la calle
el otro día encontré la primera edición de una obra de
mitre adentro de un bidet

después que los granaderos pidieron el retiro
fueron sorprendidas dos parejas arriba de un monumento
público

se ha inventado un nuevo ministerio
y las veredas están cubiertas de coches

no hay salida posible


Roberto Jorge Santoro
nació el 17 de abril de 1939 en Buenos Aires, hijo de obreros. Tuvo varios oficios para poder subsistir: pintor, vendedor ambulante, puestero en un mercado, tipógrafo y preceptor en una escuela industrial, sin embargo su contribución radica en la poesía, publicó 17 libros.
Fundó y dirigió El Barrilete, revista literaria donde por primera vez se dio lugar a los poetas del tango: Carlos de la Púa, Celedonio Flores, Homero Manzi.
Uno de los trabajos más destacados de Roberto Santoro es el que realizó para compilar los textos que forman parte de Literatura de la pelota, obra en donde reproduce poemas y escritos de destacados intelectuales argentinos acerca de la pasión por el fútbol. Santoro inaugura, así, la primer aproximación hacia el intento de reconciliar a la alta cultura con las expresiones más populares de la sociedad argentina.
De ideas trosquistas, en la década del 60 se integró al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).
Fue secuestrado por elementos del terrorismo de estado el 1 de junio de 1977, quienes se lo llevaron ilegalmente de su lugar de trabajo: la Escuela Nacional de Educación Técnica No. 25 “Teniente Primero de Artillería Fray Luis Beltrán”, en la calle Saavedra del barrio de Once, donde el poeta prestaba servicio de preceptor con el cargo de subjefe.



POETAS DE LA ALEGRÍA

A Roberto Santoro


¿Quién será el poeta que hablará de esta época con alegría?
-Por entonces la historia no será derrota-

¿Quién será el compañero que al volver de su trabajo
escribirá en su cuaderno
en un rincón de la mesa:
el mayor interés de la clase obrera
es la búsqueda de la belleza?
-Por entonces se habrá superado el reino de la necesidad-

A nosotros nos han tocado días de lucha
No llevamos en la mochila el bastón de mariscal
Ni sabemos pulsar la lira

Me dirijo al poeta de la alegría
Al compañero que velará
el arribo de la noche
pensando en la belleza
Quiero recordarle un poeta de este tiempo:
Llamaban a silencio y él gritó
furioso y triste
Llamaban a retirada y él se quedó
inservible para la mentira
De prisa lo arrastró un viento nefasto
Con saña lo golpeó la mano criminal
que a todo un pueblo golpea
¡Es tan frágil el árbol de la vida!

A nosotros nos han tocado días de lucha
No llevamos en la mochila el bastón de mariscal
Ni sabemos pulsar la lira

Poeta del mañana guardián de la alegría
No olvides que un poeta de este tiempo
Alumbró la bóveda de duelos
con rostro humano
A caballo del dolor.

De Los ’70: rendición de cuentas (1971-1977)

Vicente Zito Lema


LIBROS RELACIONADOS PARA LEER EN LA BIBLIOTECA:
-Palabra viva, textos de escritoras y escritoras desaparecidos y víctimas del terrorismo de Estado. Argentina 1974/1983, SEA y CONABIP, 2005.
-Alejandro por siempre...amor, Taty Almeida (Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora), poemas de Alejandro Martín Almeida, poeta de 20 años desaparecido en 1975, Ed. Baobab, 2010.
-Obra poética, Francisco Urondo, Adriana Higalgo Editora, 2007.
-Literatura de pelota, selección de Roberto Jorge Santoro (presentación Alejandro Apo, estudio Lilian Garrido), reedición de 2007.

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